martes, 21 de junio de 2011

PAN PARA HOY HAMBRE PARA MAÑANA

¿Alguien se acuerda de las costumbre de nuestros mayores? Cuando en un barrio se tintaba la ropa con un perol grande, sino no se podía meter esa ropa. Todo ello previo acuerdo con otros vecinos para aprovechar el tinte, la ropa se tintaba por dos razones fundamentales: una por luto tintándose en color negro y dos, por intentar adecentar un poco lo que tenías lo cual era en negro, no había otra. Pero ciertas curiosidades no se olvidan fácilmente: una de ellas en concreto,era en verano cuando aparecía el vendedor de los higos chumbos con el burro con sus dos alforjas y su respectivo sombrero y el vendedor con su cante “¿la docena interesa la docena?” Llegaban nuestras madres y con el plato hondo pedían media y se ponía a pelarlos con una maestría increíble, mientras las demás iban pidiendo la cantidad deseada. Y así el hombre se buscaba la vida.
Otra de la mas conocidas en verano, era cuando se iba a la playa con toda la bebida posible (que no era mucha) con su respectivo envase de cristal y la sandía... Dios que sandía! Pues, como todo llegaba caliente, la nevera era la orilla con agujeros en la arena y los niños a vigilar jajaja. La sandía pasaba toda la mañana en dichos agujeros pero estaba en su punto, ni fría ni caliente, se saboreaba con una buena temperatura. Planchar las camisas con almidón, ponerse el dedal para coser la ropa, o ponerse a escamar el pescado con un barreño lleno de agua de la playa y los platos con la sal al lado. Una vez hecho, el pescado estaba limpio, se le echaba un poco de sal por encima y otras tantas cosas...
Es difícil escribir todas  las costumbres de nuestros padre, pero se intenta. Todos los que descendemos de ellos tenemos, bajo mi punto de vista, la vida mucho mas fácil. Ya veremos si con estás vacas que empiezan a adelgazar, no tendremos que volver a la vida de nuestros padres...